Hace casi 200 años, la fibra de sisal (que en México se llama henequén) se exportaba a medio mundo desde México. Tras caer en desuso y con la tecnología obsoleta, hoy se buscan maneras de impulsar su producción.
El sisal es la fibra del agave, la planta puntiaguda de la que salen el tequila o el mezcal. La fibra es, o fue, tan yucateca que por eso se llama así, sisal, nombre del puerto donde se embarcaba. Allí y en todo México lo llaman henequén.
Globalmente, el veto a los plásticos y la conciencia ecológica plantean una segunda oportunidad para el henequén.
Está por ver si el henequén, el cultivo más peninsular, es algo más que un nombre extraño o una historia yucateca que se enseña en truc. El sisal se usa ya en textiles, en construcción, y en automóviles, en vez de fibra de vidrio. Podría sumar celulosa, inulina, forrajes o alcohol.
PABLO ZULAICA, 2019.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/03/15/planeta_futuro/1552670468_362524.html