La industria textil de México se está adaptando a muchos cambios temporales con la pandemia de Covid-19. Con la escasez de materias primas de países asiáticos, específicamente de China (fibras, hilos, filamentos con más contenido de poliéster que algodón, prendas de vestir y telas), los fabricantes mexicanos han aumentado el consumo local de materias primas, especialmente telas y ropa. Las plantas mexicanas también han estado exportando máscaras faciales, batas para médicos y enfermeras y otros textiles médicos a China y otros países de Asia en cantidades cada vez mayores. Debido a esta demanda, las fábricas textiles han estado contratando más personal para cubrir esta mayor demanda de producción.
En otros casos, las plantas textiles mexicanas están importando fibras de los Estados Unidos y Canadá para reemplazar las importaciones asiáticas, aprovechando el recientemente aprobado T-MEC.
Con la caída de las exportaciones chinas en todo el mundo, México también ha estado importando más bienes, especialmente ropa de mezclilla, a los Estados Unidos.
Aunque se predice que puede haber un aumento en el costo de las materias primas debido a la escasez, debe tenerse en cuenta que el comercio mundial reanudará su curso y volverá a la normalidad en breve.
Otro factor que afecta al sector industrial mexicano es la depreciación del peso frente al dólar. En el caso de las importaciones de materias primas, los sectores se verán afectados negativamente, al mismo tiempo que beneficiará a los exportadores debido a los precios más atractivos de los productos del país.
Todas estas circunstancias, así como la crisis de salud causada por Covid-19 en el mundo, son factores temporales pero vale la pena revisar futuras oportunidades.
La industria textil a nivel nacional, es una de las más prósperas e indispensables, no sólo por generar millones de pesos en ingresos para la economía del país, sino también por ser una fuente generadora de empleos para la población mexicana.
La fibra es el material fundamental en el que está hecha una tela. Hay fibras naturales que justamente provienen de plantas o animales, como el algodón, la lana, la seda. Y hay fibras artificiales que se producen en el laboratorio.
La industria textil destaca, frente a otros sectores, por la gran cantidad de mano de obra que emplea a lo largo de todo el mundo. Además, al necesitar maquinaria liviana, puede instalarse en cualquier lugar del globo donde pueda aprovechar el menor coste por hora hombre de trabajo.