Las técnicas, los cortes y los tejidos de México son tan variados como los pueblos que componen esta nación.
Los trajes mexicanos actuales responden a la herencia de los grupos indígenas y a la influencia de los españoles.
Antes de la colonia, la vestimenta femenina se componía de un huipil, una faja y un enredo (o “falda de pretina”). La llegada de los españoles a América trajo las blusas, las faldas y los rebozos.
Algunas de las prendas más tradicionales
Huipil: traje utilizado por los pueblos indígenas de varias regiones mexicanas: Chiapas, Puebla, Jalisco.Su nombre proviene del náhuatl “huipilli” (blusa o vestido adornado), y por lo general consta de uno o más lienzos de tela unidos que dan lugar a una tela rectangular cosida a los lados y con una abertura para introducir la cabeza. Algunos cumplen con un importante uso ritual y religioso, como los huipiles mazatecos, que constan de tres piezas de tela de lino blanca que se adornan con dibujos llenos de simbolismo: el águila de dos cabezas y la “xicalcoliuhqui” (serpiente escalonada) son motivos prehispánicos. |
Rebozo: pieza posterior a la llegada de los españoles y representativa de México. Se fabrica con lana, algodón o seda. Se usa como chal y bufanda, y para cargar a los hijos. Profundamente arraigados en la cultura, los rebozos fueron parte de la vestimenta tradicional de las “Adelitas” de la Revolución Mexicana (mujeres que participaron como enfermeras, soldados o cocineras). Las ciudades de Santa María del Río y Tenancingo, en el estado de México, se disputan la supremacía en la confección de rebozos. |
Gabanes y sarapes: Vestimenta de los hombres: también varía con telas hechas en telar de cintura con brocados, o mantas industriales con bordados. El vestido masculino suele componerse de camisas (‘cotones’) y pantalones (‘calzones’)”, afirma Eric Chávez. En las regiones frías es indispensable el uso de gabanes y sarapes para protegerse del clima. |
Quesquémel: Una pieza interesante es el quesquémel (del náhuatl quechquemitl, ‘prenda del cuello’), que se utiliza exclusivamente en México. Este consiste en dos lienzos rectangulares que se colocan en escuadra y se unen mediante una costura. Se coloca sobre los hombros para proteger del frío, a la vez que deja los brazos libres para permitir el movimiento. |
Todas estas prendas se tejen en Telar
La técnica del tejido en telar consiste en urdimbre (un conjunto de hilos colocados verticalmente) y trama (hilos que se colocan horizontalmente de diferentes maneras para crear motivos en la tela). Tejer es precisamente pasar la trama por la urdimbre y crear dibujos según el tipo de tejido: el plano, el de gasa, el de sarga o el enlazado.
Los telares más usados son:
- Telar de cintura: son los más antiguos y aparecen en los códices mayas y nahuas. Se caracterizan porque el artesano los sujeta a un extremo de su cintura con un ceñidor de cuero llamado “mecapal”.
- Telar de pedal: llegaron con los españoles en el siglo XVI. Constan de una armazón de madera que permite crear piezas más anchas que un telar de cintura. Son utilizados para tejer cobijas y manteles, ya que aceleran la labor del tejido. El uso del telar implica un arduo trabajo. Por ejemplo, para crear un rebozo en un telar de pedal, deben seguirse de 14 a 17 pasos que incluyen el devanado del hilo (enrollarlo en un eje), el urdido (enhebrar los hilos en la urdimbre) y el pepenado (repartir los hilos para formar los cordones).
También deben incluirse el teñido, el almidonado y el empuntado (remate con hilos al inicio y al final de la urdimbre para evitar que el tejido pierda su forma).
Tintes naturales: usado tradicionalmente por los tejedores, algunas tinturas provienen de plantas con diferentes usos:
- El color rojo encendido, utilizado en la zona mixteco-zapoteca, proviene de un insecto: la cochinilla o “nocheztli”. Nocheztli quiere decir, sangre de tunas.
- El color rojizo-amarillento se obtiene de la semilla del achiote, una especia.
- El color azul se obtiene de la planta del añil.
Para que los tonos se adhieran deben usarse fibras naturales que se sumergen reiteradamente en tinte caliente. En el caso del añil, el teñido puede tardar hasta 21 días si se desea un azul índigo intenso.
Información extraída de: REVISTA ARTES DE MÉXICO